Subiendo al cerro en donde se encuentra el castillo podemos conseguir la altura suficiente para ver el pueblo y sus alrededores desde las alturas. Se trata de una ruta muy breve pero con una gran cuesta. Para llegar arriba hay que pasar al lado por las ruinas de la iglesia de Santa María.

Siguiendo el camino que nos medianamente marcado llegaremos hasta la fortaleza, desde la que tendremos unas vistas inigualables de Sierra la Hez y el Valle de Ocón. 

Si lo deseamos, el castillo también se puede rodear, con lo que al pasar por su lado izquierdo veremos un camino que baja a la par que descienden las paredes del castillo. 

La vuelta al pueblo se realiza por el mismo camino.